domingo, 7 de febrero de 2010

Historia de un aborto no realizado

Por amor decidimos tener a nuestra hija
 
Historia de un aborto no realizado
Historia de un aborto no realizado
Soy la orgullosa mamá de cinco maravillosos hijos. Me casé en el año de 1975 a la edad de 27 años, de todos los embarazos tengo algo hermoso que platicar, pero me quiero centrar en el de nuestra cuarta hija, Diana Laura.

En el año de 1983, sin tenerlo "planeado" quedé embarazada, yo lo ignoraba y acudí a que se me realizara una serie de radiografías del pecho, para que el médico estudiara algo de mi corazón. Médicamente fui programada para realizarme un aborto.

Mi esposo y yo, de creencia católica y fieles a nuestra iglesia, tomamos la firme determinación de que el embarazo siguiera su curso y por ello, fuimos fuertemente criticados por los médicos de esa institución hospitalaria federal, porque, según ellos, dentro de mí, estaba engendrando un “monstruito” (así me lo dijo una doctora) y nos orillaron a encararnos con el ginecólogo en jefe.

Este doctor, nos sorprendió gratamente, porque sus palabras fueron más o menos las siguientes: “Mire madrecita, yo no conozco cuales sean sus creencias, ni sus pensamientos, pero yo no soy un médico abortista y por lo tanto, usted debe prepararse para recibir a su bebé. Yo le aseguro que la cantidad de radiación que recibió no dañó al producto. ¡Que alivio encontrar a un médico que nos entendía!

Nuestra decisión fue acompañada de la guía espiritual de un bellísimo fraile franciscano, el cual nos brindó el consuelo moral que tanto necesitábamos, sin embargo, fueron los meses más angustiosos en una espera inquietante, porque estábamos dispuestos a todo, y nuestra fe en el que todo lo puede, era no muy firme, no nos abandonamos a su misericordia y a su amor.

Todas las noches, rezaba una de nuestras hijas, “Diosito, te pido que la fotografía no le haga daño a mi hermanita”. Toda la familia, vivía nuestra angustia.

El 9 de octubre, de ese mismo año, nació nuestro regalo de Dios, ¡que desperdicio hubiéramos hecho de haber abortado a nuestra hija!. Ella nació mental y físicamente sana. El parto, único en experiencia, porque nació en la cama, en el cuarto de espera del hospital (no en la sala de expulsión) y al instante la colocaron en mi regazo, la examiné y aun no me canso de agradecer a Dios por este regalo.

Pienso que si ella, hubiese tenido algún impedimento, si fuera una de tantos de esos niños con discapacidad, igualmente sería amada, estamos seguros de que cada hijo es un regalo que Dios nuestro Señor nos presta para que los disfrutemos, cuidemos, amemos.

Actualmente Diana Laura, cursa el sexto semestre de preparatoria, sueña con ser maestra de danza, es sana, alegre, estudiosa, entregada a sus sueños y sabe que por amor, ella vive; sabe que Dios nuestro Señor le tiene un camino señalado para que ella sea un fiel testimonio de que a pesar de lo que médicamente esta establecido, El es el dueño de nuestras vidas.

Gracias Señor.

Gracias Fray Vicente Loera

Gracias Doctor Enrique Rico.

Gracias Diana Laura.

Si quieres saber más sobre:

Mentiras y verdades del aborto

El síndrome postaborto

Siempre ten presente

Mientras estés viva, siéntete viva. Detras de cada logro, hay otro desafío.
 
Siempre ten presente
Siempre ten presente
Siempre ten presente que:

La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia;
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.

Mientras estés viva, siéntete viva.

Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.

Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.

Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.

¡¡¡ Pero nunca te detengas!!!

Repaso de tantas cosas buenas que dan sentido a esta vida que vivimos


La nota blanca
La nota blanca
A mí me pasó lo mismo que a todos los padres. Una buena mañana me desperté con la tristeza que me produjo el tomar conciencia por primera vez de que nuestros hijos —de Tere y míos— estaban creciendo con demasiada rapidez, a la sazón el grande con nueve años y el pequeño de siete, y que pronto abandonaría la casa paterna para continuar sus estudios en alguna ciudad y, recordando a mi madre, dije a mi mujer, a la que desperté dándole una sacudida:

-Que pena que muy pronto nos quedaremos solos en esta casa tan inmensa
- ¿De qué me hablas?—, me atajó al instante Tere.
-¿De qué soledad y a cuál casa inmensa te refieres?, si la nuestra es tan pequeña que tus ronquidos retumban en toda la casa.
- Bueno, espeté un poco desubicado, es que así decía mi madre cuando nosotros nos empezamos a ir de la casa,
-Pero se te olvida que tu familia vivía en el rancho sin más fronteras que el alcance de la vista, me dijo, y dando por terminada la charla se dio la vuelta para continuar durmiendo.
Ya por la tarde y mas despiertita mi mujer buscó la manera de continuar con la charla matinal.
- A ver dime ¿que mosca te pico por la mañana?
- Para allá voy, le dije, suspirando como queriendo agarrar mucho aire para poder explicar la idea que no dejó de peregrinar por mi cabeza durante todo el día.
-Yo creo, tartamudee - como quien espera un zapatazo- que deberíamos tener mas hijos, pues los niños ya están muy grandes y pronto estaremos solos tú y yo;

Yo mismo me sorprendí de lo débil y egoísta de mi argumento y tratando de afinar mi posición dije sin dejar mi nerviosismo.

-Por que es bueno que vengan niños al mundo

Y la premonición se cumplió pues el zapatazo llegó en la forma de este discurso.

-¿Estas loco o que te pasa? como que traer mas niños al mundo es que acaso no ves la televisión, basta sentarse a ver un poco las noticias para recibir una baño de sangre de este mundo sin patas ni cabeza, que si violaciones, homicidios, narcotráfico, trata de menores, en fin, es que no ves que la violencia es el sino de nuestra sociedad.

Nuevo suspiro pero esta vez hasta el fondo, en parte para tomar tiempo para responder con cierta inteligencia, así pues pasado el susto hablé ceremoniosamente.

-Ciertamente, creo que hay un poco de razón en lo que me dices, pero solo un poco, -intentaré explicarme- agregué, haciendo un pausa, que me sirvió para seguir ordenando las ideas que recordaba de mis estudios en orientación familiar.
Efectivamente, hoy casi todos los medios llenan sus paginas y sus minutos al aire, con ese desfile interminable y cotidiano que hace repaso de todas las tragedias del mundo- esos son las “ventajas” de la aldea global- explotando el morbo y la cara más oscura del ser humano, hoy nos hemos convertido a su salud en adictos a la nota roja.

Pero esa es tan solo parte, y con toda seguridad, no la más grande de nuestra realidad que tiene por fortuna muchos mas claros que los oscuros que nos presentan, pero por desgracia o por ventura esos claros que son de verdad tan luminosos son tan frecuentes que por eso mismo no son noticia, pero que hacen que la realidad reboce su lado más noble.

Tere empezó a barruntar- hacia ¿Dónde? dirigía yo mi verborrea- y me animó a continuar así:

-¡Ah, qué bien me haría escuchar cosas buenas que me llenen de esperanza! Te escucho—, terminó, ya sin aquel dejo de reto con el que empezamos la conversación
-Que te parece, dije, si hacemos juntos un repaso de tantas cosas buenas que dan sentido a este vida que vivimos, que te parece si jugamos a ser los periodistas de la NOTA BLANCA, y la convertimos por el poder supremo que nos confiere la imaginación en la gran nota del día en todos los medios, ¡Si!- continué emocionado- y la hacemos aparecer en las ocho columnas y en horario triple A, y por la misma magia de nuestra imaginación, le concedemos la audiencia más grande que programa jamás haya conseguido.

Lo titularemos “La Nota Blanca de cualquier día como hoy”

Lista- animé a Tere- empezamos con el juego, ella asintió con rapidez y con un gesto que iluminaba sus facciones me dijo:

- Pero inicias tú.
-De acuerdo, estamos al aire, exclamé, ya con emoción crecida.

Gran noticia: un joven que adelantándose a su cumpleaños fue una a una a casa de sus tíos para pedirles libros de regalo.

Gran noticia: una madre de familia, tras la dura jornada de trabajo, termina su faena haciendo oración, y se sabe, de buena fuente, que pidió por todos y que casi se olvida de pedir por ella.

Hoy se vio a un hombre de mediana edad entrar en la parroquia de su barrio y se comenta que era tanta su abstracción ante el altar que su actitud movía a la admiración de cuantos sin querer fueron testigos.

Hoy un padre de familia, que llegó rendido del trabajo, fue recibido por sus hijos pidiéndole- un cuento padre ayer lo prometiste y el padre cuenta el mismo cuento por enésima ocasión y no para hasta ver que sus hijos sean dormidos.

Y hoy también…

-Pero sigo yo-interrumpió Tere- que me toca a mi.

Hoy como ayer un niño se duerme con el libro entre las manos preparando su examen de mañana.

Y otro joven con muchas ganas de salir y ya vestido para la ocasión, suspende su paseo por quedarse en casa a cuidar a sus hermanos menores, porque a sus padres les ha surgido un compromiso.

Y hoy también se supo de otra madre que con todo el dolor de su corazón y en acto desprendido prepara la maleta para su hijo que parte a estudiar a otra ciudad.

Y hoy me entero que un matrimonio cualquiera, hace que su amor sea fecundo y trascienda trayendo a casa el hijo que tanto los necesita y que los aguardaba en el orfelinato

Y hoy mismo se supo de un matrimonio que renuevan su compromiso con la vida decidiendo traer más hijos e este mundo.

Al escuchar esto último yo ya no puede continuar el turno y solo atiné a darle un beso a mi mujer.
Ella en tanto continúo ya solo para mí

- Tienes razón viejo, es esta vida hermosa a poco que uno quiera verla así y lo mejor que podemos hacer por este mundo; es hacer lo que debemos hacer.

Y Tere le regaló a la vida dos hijos más, que son con los dos primeros, la prueba más grande de amor que nos tenemos.

Ernesto Parga Limón

Es Director de Enlace Tamaulipas asociación dedicada a la promoción de los valores familiares


www.enlacetamaulipas.org

La posibilidad de ser madre, el aborto, un testimonio para reflexionar

No puedo matar a la madre que llevo dentro
Es fácil matar a un hijo que se lleva dentro de las entrañas. A mí me resulta muy, muy dificil matar a la madre que llevo dentro
 
No puedo matar a la madre que llevo dentro
No puedo matar a la madre que llevo dentro
Este nuestro mundo sin dudas, está lleno de contradicciones, y en cada caso personal nuestra vida a veces nos trae al presente ironías, en algunos casos cómicas, en otras poco menos que trágicas.

Ayer, a la siesta, volví a soñar ese sueño recurrente. Apenas abrí los ojos le conté a mi marido. Las lágrimas corrían ardientes por mi rostro. Sin embargo no sollozaba. Lloraba con un dejo de serenidad. Sería tal vez por sentirme contenida en los brazos de mi marido que me decía: "Ves cómo hace las cosas MI AMIGO (DIOS)? Justo estoy aquí para acompañarte, y en un rato vas con tu psicóloga.

En efecto, sintiéndome por completo abatida, emocional y físicamente, acudí a mi sesión. Al relatarle mi sueño a Verónica, volvieron mis lágrimas a desbordarse de mis ojos, inclusive a ella misma se le enrojecieron un poco.

Me quebré, me turbé sólo cuando le pregunté si eso era "LOCURA". Realmente sentía miedo de que estuviera volviéndome loca, mucho miedo.

Porque es definitivamente y abrumadoramente inconcebible para mí, soñar que tengo un bebé, por parto natural. Me pregunto cómo puede mi mente haber traído sensaciones que nunca conocí, y tal vez nunca las sienta, como si fueran recuerdo nítido de una experiencia que viví realmente. Ahorrando detalles: sentía las contracciones, sentía como me succionaba ambos senos apenas había nacido mi varoncito.

Ya tengo 41 años, aunque a veces digo 39, porque en general mi estado es bueno. El hecho de ir elaborado mi duelo por no haber podido tener hijos y asumirlo con resignación lo más natural posible hace que mi ánimo esté mejor.

Encontré al amor de mi vida pasados los 30, mientras tanto, médicas no actualizadas que dejaban entrever su sensación de que yo exageraba las dolorosísimas menstruaciones que me aquejaban cada mes, me trataban sólo con analgésicos una endometriosis brutal.

De modo que hasta que un buen médico me trató, me operó, se me vivnieron encima los años, de modo que aún creo no ser justo adoptar un niño a mi edad. Además que los trámites para adoptar resultan excesivamente largos y tortuosos.

Así es que siento que lo irónico es: que es fácil matar a un hijo que se lleva dentro de las entrañas. A mí me resulta muy, muy dificil matar a la madre que llevo dentro.

Me está dando vergüenza que se me corran las lágrimas aca, en este CIBER atestado de gente.

Esto que escribí es real. Es mi historia. Y podría escribir un libro ( y en realidad me gustaría) con cada experiencia que viví mientras esperaba en algún momento quedar embarazada.

Ojalá así como Dios me inspiró a contártela, le inspire a aquellas mujeres que quieren anular su capacidad de dar vida, o que tengan la terrible y abominable idea de matar a un hijo, a recibir ese don maravilloso inigualable, que a algunas mujeres se nos ha negado.

Deseo con mucha fuerza que esto sirva para algo, le sirva a alguien. Un beso.

Comenarios al autor: beirech@yahoo.com.ar

domingo, 10 de enero de 2010

Cuando la vida te golpea

Cuando la vida te golpea, cuando te da sorpresas que no esperabas,
Ante esta disyuntiva se te abren dos caminos: la desesperación, el temor y la angustia; o la confianza plena en Dios.

Yo escojo la confianza.

Me hace pensar en estas palabras Papa Pablo VI:

“Y luego, finalmente, un acto de buena voluntad: no mirar más hacia atràs, sino cumplir con gusto, sencillamente, humildemente, con fortaleza, como voluntad tuya, el deber que deriba de las circunstancias en que me encuentro.

Hacer pronto. Hacer todo. Hacer bien. Hacer gozosamente, lo que ahora Tú quieres de mí...”.

Siento que Dios camina con su mano levantada. En la palma me tiene a mí y también tú estás allí.

Nos tiene a todos, sus hijos. Y nos cuida amorosamente.

Por eso hemos dejado de andar.

Ahora Dios nos lleva, donde quiera llevarnos, y nos deja, donde desee dejarnos.

Nos hemos abandonado en su voluntad, que es perfecta y siempre es lo mejor.

He optado por confiar.

Confiar en su gracia.

Confiar en su amor infinito y tierno.

También he pasado horas de intimidad con el buen Dios, en medio de la oración. Sobre todo con ésta de santa Teresa y experimento la fuerza de sus palabras y la paz interior que provoca la cercanía de Dios.

Nada te turbe,


nada te espante,


todo se pasa,


Dios no se muda,


la paciencia


todo lo alcanza,


quien a Dios tiene


Nada le falta.


Sólo Dios basta.
 
EXTRAIDO DE CATHOLIC.NET

y si me permiten agregar para cuando piensas que no podrás seguir:

"Sigue, aunque tus fuerzas no te den,

al final verás una hermosa luz,
al rostro de Jesús, que viene con una
corona para ti, por seguir. "

PADRE MONTI

Corría el siglo XIX y el agnosticismo cundía entre las gentes. Fue entonces cuando el Espíritu Santo inspiró a varios hombres y mujeres excepcionales, enriquecidos con el carisma de la “asistencia” y de la “acogida”, para que el amor al prójimo convenciese al hombre escéptico y positivista a creer en Dios-amor.
El Padre Luigi Monti, beato de la caridad, pasó a engrosar las filas de fieles sumidos en el Espíritu Santo. Dio fe del amor al prójimo bajo la insignia de la Inmaculada: la Mujer que nó conoció el pecado, símbolo de la liberación de todos los males.
Luigi Monti, religioso laico, a quien sus discípulos veneraban llamándole “padre” debido a su irrebatible paternidad espiritual, nació en Bovisio, el 24 de julio de 1825, el octavo de una familia con once hijos. Huérfano de padre a los 12 años, se hizo carpintero para ayudar a su madre y a sus hermanos pequeños. Joven apasionado, reunió en su taller a muchos artesanos de su edad así como a campesinos para dar vida a un oratorio vespertino. El grupo se denominó la Compañía del
Sagrado Corazón de Jesús, pero el pueblo de Bovisio no tardó en apodarlo “La Compañía de los Hermanos”.
Dicha compañía se caracterizaba por la austeridad de vida, la dedicación al enfermo y al pobre, por el tesón para evangelizar a los que se hallaban alejados del camino. Luigi capitaneaba el grupo. En 1846, a los 21 años de edad, se consagró a Dios y emitió votos de castidad y obediencia en manos de su padre espiritual. Fue un fiel laico consagrado a la Iglesia de Dios, sin convento y sin hábito.


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